San Francisco de Paula (Paula, 27 de marzo de 1416 - Tours, 2 de abril de 1507) fue un eremita, fundador de la Orden de los Mínimos y santp de la Iglesia Católica de la región sureña de Calabria en Italia.
De niño, Francisco contrajo una forma grave de infección en un ojo, al grado de que los padres se dirigieron de nuevo en ruego a San Francisco de Asís, prometiéndole, en caso de curación, que el pequeño vestiría por un año entero (lo cual se llama famulato) el hábito de la orden franciscana. La enfermedad cedió con celeridad. El año de famulato evidenció las aptitudes místicas del joven, incluidos aquellos fenómenos sobrenaturales que acompañaron toda su biografía, aumentando con ello su fama en vida y su culto después de la muerte. Durante este año de dedicación al convento, el pequeño Francisco se afanó en la observancia regular y en despachar las tareas más humildes de la casa como la limpieza de los suelos, la cocina, el servicio del comedor y la cuestación, y ya entonces practicó muchos ayunos y abstinencias.
Concluido el año, los frailes de San Marco Argentano habrían querido retenerlo, pero Francisco conservó el deseo de conocer otras modalidades de vida consagradas, inquietud que había albergado antes de hacer su elección.
En 1430 llevó a cabo, con su familia, una larga romería que, teniendo Asís como meta principal, incluyó algunos de los principales centros de la espiritualidad católica italiana: Loreto, Roma y Montecassino, también tocando los eremitorios del Monte Luco.
Regresando a Paula, inició un periodo de vida eremítica, utilizando un lugar inaccesible incluido en las propiedades de la familia y suscitando el estupor de los paulanos.
En 1435, otros se asociaron con esta experiencia, reconociéndolo como conductor espiritual. Con los suyos, construyó una capilla y tres dormitorios, dando, de hecho, principio a la experiencia, todavía en curso, de la Orden de los Mínimos. Muchos religiosos franciscanos, benedictinos y ermitaños, fascinados por su estilo de vida, también se incorporaron en Francia, contribuyendo a la universalización de su orden.
Después de haber transcurrido los últimos años en serena soledad, murió en Francia en Plessis-les-Tours el 2 de abril de 1507. Aproximándose su fin, llamó a sí a sus cofrades sobre el lecho de muerte, exhortándolos a la caridad recíproca y al mantenimiento de la austeridad en la regla. Proveyó al nombramiento del vicario general y por fin, después de haber recibido los sacramentos, se hizo leer la Pasión según San Juan mientras su alma exhaló.
Fue canonizado en 1519, sólo doce años después de su muerte, durante el pontificado del Papa León X, al que predijo la elección al solio pontificio cuando éste todavía era un niño, acontecimiento muy raro por sus tiempos.
En 1562, los hugonotes forzaron su tumba, encontraron el cuerpo incorrupto y le pegaron fuego.
Su fiesta se celebra el 2 de abril, día de su nacimiento al cielo. Sin embargo, no pudiéndose celebrar a menudo como fiesta litúrgica porque casi siempre recurre en Cuaresma, se celebra cada en Paola en el aniversario de su canonización, que ocurrió el 1 mayo de 1519. La noticia, en cambio, llegó a Paula después de tres días; por eso los festejos son del 1 al 4 de mayo.